Carlos Cruz-Diez inaugura su monumental obra de integración arquitectónica para el estadio de béisbol de los Miami Marlins. La obra, consta de tres pasarelas con una superficie total de 1672 m2, de Inducción Cromática de Doble Frecuencia que pueden ser apreciadas tanto por los espectadores como por todos aquellos que pasean por los jardines contiguos al estadio.
 
El propósito del artista es involucrar al público para que experimente el color como un fenómeno, sujeto a infinitas y sutiles variaciones (como el cambio de las condiciones climáticas y el desplazamiento del observador), mientras lo logra a través de su antiguo deseo de acercar el arte al público. Espacios para el disfrute de todos.